Poco es lo que se sabe acerca del origen del kárate, pero la versión más fidedigna es la que se refiere al legendario personaje BODHI-DHARMA. Éste fue el fundador del budismo ZEN, nacido en la India, si bien en el año 520 se trasladó al monasterio chino de Chau-Lin-Seu (Shorinyi en japonés), y mucho más tarde al de Tsu-Jyo.
Sus enseñanzas y disciplina eran tan duras y severas que, al poco tiempo, los alumnos del monasterio abandonaban las prácticas religiosas, en vista de lo cual BODHAI-DHARMA concibió entonces una educación física que se acoplase a la disciplina religiosa.
Poco después, los bonzos de Shorinyi consiguieron fama a causa del vigor de sus puños, pero en realidad la mayor aportación al desarrollo y perfeccionamiento del kárate vino de la provincia de Okinawa, una isla situada al sudoeste de Japón.
Entre esta isla y China las comunicaciones e intercambios eran muy frecuentes, y el arte que se aprendía en el monasterio de Shorinyi fue introducido en Japón gracias, sobre todo, a los intelectuales, pero fue preciso esperar hasta el siglo XV para asistir a una mayor difusión del kárate, cuando Shopasi, que gobernaba la isla de Okinawa, promulgó un edicto en el cual se prohibía, bajo pena de muerte, la posesión y el porte de armas.
Más tarde, en 1609, SHIMAZU, procedente de la provincia de Satsuma, publicó un edicto idéntico, y, por segunda vez, los habitantes de Okinawa, privados por completo del uso de armas, hallaron un medio defensivo en el combate a mano limpia (KARA significa desnuda y TE quiere decir mano). De este modo, el antiguo arte de los bonzos convirtióse en una especialidad de los habitantes de Okinawa, que fue estudiada en especial en las ciudades de Shuri y de Naha, de donde los nombres de “mano de Shuri” y “mano de Naha”.
Estas dos escuelas se fusionaron más tarde por obra del maestro MABUNI.
Sin embargo, debido a su espíritu, que es el de las artes marciales japonesas, o sea vencer o morir, y sobre todo por su terrible eficacia, la enseñanza del kárate fue mantenida en secreto durante mucho tiempo y reservada únicamente a la casta de los samurais, los famosos nobles guerreros.
Después de modernizarse la nación japonesa, las escuelas de Okinawa adoptaron el kárate como materia de instrucción física hasta el momento en que, a petición del ministro de Educación Nacional, en 1922, el gran maestro FUNAKOSHI ofreció una demostración pública de la enseñanza a través de las formas esenciales denominadas KATAS.
El fundador del judo moderno, maestro KANO, después de esta demostración, incorporó un KATA de kárate al judo, precisamente el KIME-NO-KATA y el GOSHIN JUTSU-NO-KATA. Hoy en día, el kárate está muy difundido en Japón, a la par con cualquier otro deporte.